Promoción del TFG 2020 – UIC Barcelona School of Architecture
El pasado 15 de julio se celebraron los Premios de Sostenibilidad CEIM (Cátedra de Edificación Industrializada y Medio ambiente), dentro de la presentación de los trabajos finales del grado de los estudiantes de la UIC Barcelona School of Architecture.
La idea central del proyecto se ha enfocado en torno a múltiples intervenciones de cada alumno dentro de un proyecto conjunto en el polígono Industrial de la Carretera del Mig, en l’Hospitalet de Llobregat.
El jurado estuvo compuesto por los arquitectos Mauro Manca, profesor de Sostenibilidad de TFG, Teresa Batlle, de Picharchitects y Jordi Guivernau, de Rockwool Peninsular, como representantes de los patrocinadores de la cátedra. También asistió como invitado especial el arquitecto Justo Orgaz, presidente de Green Building Council España (GBCE). Los miembros del jurado valoraron especialmente los trabajos que mejor integran el concepto de sostenibilidad en todos los aspectos del proyecto.
Hace ya varios años que la Cátedra CEIM organiza los Premios de Sostenibilidad en los Trabajos Final de Carrera, y el objetivo principal ha sido siempre impulsar la sostenibilidad en la concepción proyectual. En este sentido, cabe destacar que UIC Barcelona School of Architecture es una de las escasas escuelas de Arquitectura en España que contempla la Sostenibilidad como asignatura troncal.
Tal y como afirma Jordi Guivernau “en este nuevo curso hemos podido reafirmar con contundencia que arquitectura y sostenibilidad pueden y deben ir de la mano. Aspectos como la cohesión social, la reutilización de estructuras existentes, la recuperación de industrias olvidadas o la circularidad se han planteado en estos proyectos con total naturalidad. Consideramos que los estudiantes han entendido perfectamente que sin sostenibilidad no hay futuro y, como arquitectos, tenemos la responsabilidad de diseñar y construir de forma respetuosa con el medio ambiente, con el mínimo impacto y dejando la menor huella de carbono posible, todo ello sin comprometer la estética del proyecto.”
Según destacó Justo Orgaz en la entrega de los premios “estamos inmersos en la definición de un nuevo canon constructivo que dará lugar a un lenguaje arquitectónico propio de esta época. Los trabajos expuestos demuestran la clara intención de esta escuela por considerar la sostenibilidad un ángulo más de reflexión en las fases más tempranas de ideación y, esto, es claramente un acierto. Por el enfoque de los alumnos, se puede ver que se está cerca del enfoque más global de la sostenibilidad en edificación, que traspasa la frontera de la eficiencia energética y debe incluir con la misma relevancia la circularidad de los procesos, sistemas y materiales empleados así como la salud de la habitación humana en el espacio construido.”
Nuestro invitado especial también comenta que “Muchos de los trabajos presentan un acertado enfoque de la sostenibilidad en la concepción de sus proyectos y esto ha supuesto que el jurado se haya enfrentado a las dicotomías clásicas de resultado versus proceso y trabajo versus talento. Finalmente se ha optado por premiar la combinación de ambas y se ha otorgado el primer premio al proyecto “I walk too”, de Cristian López, “por el desarrollo del proyecto, en el que los objetivos de eficiencia con estrategias pasivas han colaborado por la vía del análisis en la generación de una forma final con alto valor arquitectónico”. El segundo premio ha recaído sobre el proyecto “Agricultura”, desarrollado por la alumna Ariadna Rodríguez, “por formular un enfoque holístico de la sostenibilidad en el planteamiento germinal, con menos desarrollo analítico pero con gran recorrido posible, que abarca con naturalidad los aspectos sociales, económicos y medioambientales.”
Siguiendo la valoración de Mauro Manca, “La sostenibilidad es un aspecto cultural y social que tiene que incorporarse transversalmente en la arquitectura. La arquitectura tiene que ser sostenible en todos los aspectos: el diseño, la materialidad, el espacio, la energía etc. Este año, como resultado de un esfuerzo especial durante todo el curso, hemos podido conseguir que todos los proyectos llevaran la sostenibilidad como elemento vertebrador de las propuestas. El resultado ha sido muy potente, tanto, que casi todas las propuestas pudieran haber ganado un premio en las ediciones anteriores”. Y Teresa Batlle concluye: “Año tras año hemos premiado aquellos proyectos que se desarrollaban desde esta mirada ambiental y social. Empieza a ser ilusionante ver cómo los estudiantes cada vez la tienen más presente. Este ha sido el año en que la sostenibilidad ha vertebrado casi todos los proyectos desde las primeras ideas. Si continuamos así, ¡pronto vamos a tener que premiarlos a todos!”.